Girón o Bahía de Cochinos: un mismo dolor

Hace un par de años escribí sobre este evento al enterarme, por una persona muy allegada y vinculada emocionalmente al mismo, de cómo dos cubanos que habían combatido en lados opuestos, en ese triste enfrentamiento bélico entre hermanos, con el devenir del tiempo, se habían reencontrado fuera de nuestro territorio, uno como miembro de la Brigada 2506 y el otro como ex piloto de Playa Girón, entonces ambos exiliados. Estos dos cubanos se fundieron en un abrazo de perdón, en Miami y uno de ellos, años después murió en brazos del otro. Este es el motivo por lo que me decido a publicar nuevamente fragmentos de esta historia por encontrarla tan conmovedora. Parte de la descendencia de ambos protagonistas conviven ahora en La Florida.

“Una noche, en una de las ya acostumbradas cenas, en las que solían reunirse amigos, estando todos sentados a la mesa y compartiendo una rica comida criolla, al ex piloto de Girón allí invitado, se le presentó un malestar y solicitó ir al baño. Momentos después se escuchó un fuerte estruendo provenir de ese lugar y, el anfitrión corrió hacia donde provenía aquel extraño ruido, observando a su invitado tirado en el suelo, solícitamente lo sostuvo en sus brazos, justo para verlo morir”.

Todos estos acontecimientos, con el paso de los años y las frustraciones sufridas por unos y otros, nos han hecho reflexionar en cuanto, hasta qué punto fuimos manipulados y cuanto se nos tergiversó la historia. Durante décadas, trataron de “sembrar” en nosotros, un falso sentimiento de odio y rencor, que si ciertamente en algún momento existió, éste se fue disipando con el acontecer diario, con el desencanto y sobre todo, con la triste experiencia de haber luchado por un “futuro” que nunca llegó, viéndonos forzados a separarnos de nuestras familias y amigos, cuestión ésta que en definitiva, ha sido el saldo más doloroso de todo este acontecer.

“Tuvieron que pasar muchos años, de enfrentamientos, desencuentros, malos entendidos y campañas difamatorias, para que finalmente dos cubanos a los que nunca nadie debió convertir en enemigos, se unieran para siempre en un abrazo: Dos jirones de una misma bandera”