El cliente ya no tiene la razón

Trabajo de Rebeca

Otrora, en mi planeta, donde abundaban las bellas tiendas por departamentos, las pequeñas boutiques, los grandes almacenes, cafeterías, restaurantes y todo tipo de exitosos comercios, grandes y pequeños, donde era un verdadero placer salir de compras, el lema era: “El cliente siempre tiene la razón”.

Así se manifestaba y funcionaba muy bien. El cliente estaba satisfecho y el dueño también, pues incrementaba las ganancias de su negocio y se regocijaba al sentir el aprecio y respeto de su clientela. Pero claro, todos los negocios tenían propietario y nada mejor que “el ojo del amo para engordar al caballo”.

Con la llegada del año mil novecientos cincuenta y nueve, el nuevo “gobierno” justamente una de las primeras cosas que hizo, fue nacionalizar todos los grandes negocios y empresas. Después, la “ofensiva revolucionaria”, acabó de darle el puntillazo final a la ya “abanderillada” y desangrada economía. Ahora el cliente, había pasado a ser “usuario”, no tenía derecho a escoger ni exigir, solamente a aceptar lo que le tocaba por la libreta sin protestar. No podía comprar lo que deseaba o necesitaba, solo y malamente adquirir lo que “le tocaba”.

Estos vicios se fueron arraigando y arrastrando hasta el día de hoy, y aunque se supone que con la “despenalización del dólar” y la llegada de la doble moneda, al menos lo que saliera a la venta en moneda dura (de muy difícil adquisición) daría el derecho a escoger, no resultó ser así, pues las personas que trabajan para el Estado, que son prácticamente todas, y reciben a cambio míseros salarios también tienen un lema: “Yo me hago el que trabajo y el Estado se hace el que me paga”. Por tanto tampoco tienen interés en vender y desgraciadamente la única motivación es ver que le pueden “tumbar” al cliente, utilizando este eufemismo para no emplear la fea palabra robar. No todos los empleados son así, pero lamentablemente un considerable número de ellos se han dejado arrastrar por este vicio y hasta dejan de considerarlo un delito. Demostrando de esta manera, que carecen de sana motivación para ejercer su función de vendedor.

Hace un par de días, un conocido mío, entró en la tienda “la Mariposa” del Nuevo Vedado, para comprarle un ventilador a su esposa como regalo de cumpleaños, ya que era éste el único establecimiento donde quedaba el modelo que le convenía y se ajustaba a su presupuesto. Al llegar a dicha tienda, después de haber recorrido casi todas las de este tipo, en busca de este artículo, se encontró que la empleada de ese departamento no estaba. Al preguntar por la misma, le dijeron que hacía tres días que no podía venir por tener al hijo enfermo. Entonces el insistió en que alguien, en lugar de ésta, lo atendiera. Le contestaron que nadie podía hacerlo, solamente la que estaba designada a ese departamento. ¿Por qué será?

Perdiendo la paciencia, pidió ver a la administradora, quien lo atendió un poco molesta y le repitió lo dicho anteriormente por el empleado. Entonces este señor, perdiendo la paciencia se identificó y le dijo que él también era trabajador de tiendas recaudadoras de divisas, y aunque de otra cadena, todas eran del Estado y que no se iría de ahí sin el ventilador, porque elevaría el incidente hasta sus últimas consecuencias. Fue así como finalmente logró, que de “mala gana” le vendieran el dichoso artefacto. Como ven, hace mucho que en mi planeta el cliente dejó de tener razón, pero soy de las que creo firmemente que los derechos hay que exigirlos como hizo este cliente.

4 comentarios en “El cliente ya no tiene la razón

  1. Que manera de perderse todos los valores en nuestro planeta!!! Que quedara para el futuro??? En que han convertido este otrora paraiso??? Que pena… realmente no tengo respuesta para ninguna de las interrogantes…

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