El antes y el después, sin el durante

El Parqueo subterráneo de la Plaza Vieja cuando lo estaban demoliendo.

De nuevo hoy, caminando por La Habana Vieja, resolviendo problemas y tirando fotos, volvieron a captar mi atención, los innumerables letreros que han colocado de antes y después.

Si estos carteles solamente estuvieran dirigidos a personas menores de cuarenta años, y con escasa cultura, lo entendería. Pero parecen haber olvidado que todavía existimos quienes tenemos más de cincuenta años y además nacimos en esta ciudad.

Desde niña visité mucho La Habana Vieja, pues mi padrastro, quien fue para mí el mejor de los padres, me llevaba con frecuencia a visitar a sus clientes. Me cansé de recorrer de arriba abajo las calles Obispo y O´Relly. La primera llena de establecimientos elegantes con regalos exclusivos, sastrerías, joyerías y grandes farmacias, así como bancos, restaurantes y cafeterías. Todos estos comercios tenían dueño, por lo tanto estaban bien decorados, iluminados y limpios. Daba gusto pasear por estas calles. O´Relly era más bien una calle de grandes bancos y comercios. Había una tienda, Potin, donde se ofertaban unos exquisitos bocaditos con pollo y punta de espárragos, además de pastelería francesa, chocolates y bombones en preciosas cajas de regalos ó a granel. De este agradable establecimiento solo queda el nombre en granito sembrado, en el suelo, a la entrada del miserable y oscuro cuchitril en que ha devenido. Entonces, por qué aquí no hay un letrero de antes y después, como en otros muchísimos establecimientos, que en su mayoría desparecieron y en su lugar han improvisado pequeños parques Es cierto que la Plaza Vieja, ya está casi terminada de restaurar. Solamente falta el bello hotel art- nouveau, que al triunfo de la revolución se convirtió (como casi todas las demás edificaciones del lugar), en solares y después en ruinas, salvándose milagrosamente su hermosa fachada.

Existe un enorme letrero en medio de la Plaza que reza Para no olvidar y muestra unas ruinas y movimientos de tierra. Ese terreno removido, era un gran parqueo subterráneo que existía y encima de éste un parque. En los años setenta a algún sesudo se le ocurrió que no hacía falta y lo demolieron. Muchos años después, en su lugar, construyeron un parque con una gran fuente. Antiguamente todos los edificios que rodeaban el cuadrilátero, habían sido establecimientos y comercios muy bien atendidos por sus respectivos dueños.

Ahora, después de muchos años, se han dado cuenta de que faltan lugares en el centro histórico donde poder parquear. Por qué no agregar, en el enorme cartel, en la parte que muestran las ruinas, un letrero con fecha que diga durante

5 comentarios en “El antes y el después, sin el durante

  1. Rebeca , y en casi en cada esquina ,habia alguna cafeteria o comercio que te vendian cafe a tres kilos , y la Farmacia Sarra , que daba gusto solo mirar lo elegantemente adornada con jarrones de ligar quimicas , o algo parecido y mucho marmol,y cristales , estaba el Royal Bank of Canada , y casi todas las companias de seguros , amen de bancos cubanos como elbanco Garrigo , Continental o el Trust co. que yo siempre pense que era de americanos , y en el caso del Trust co. eran cubanos de apellido Batista , que nada tenian que ver con el dictador , conoci aqui en mi cardiologo al sr Batista, que vivia en Espana y quiso venir aqui para un chequeo con estos cardiologos , sus hermanas , personas encantadoras fueron las que mas hablaron conmigo pues el sr estaba bien preocupado , tenia que hacerse un angiograma , y aqui eran los mejores en eso , , DE mi Habana Vieja ,!!!! era un mundo especial , nuestra Habana Vieja , hasta recuerdo una esquina que eran chinos , y vendian unas frituras de bacalao , que nunca he vuelto a disfrutar , con todo lo demas, papas rellenas , pan con bistec , pan con minuta de pescado , bollitos de carita , Ah !!! mi Habana Vieja , lo que me hiciste recordar !!!!! Gracias Rebeca …..

  2. Rebeca, ese sistema tiene la virtud del fracaso. Donde se implanta todo se pone gris sucio. Cuando producen algo nuevo sólo dura un tiempo breve. Es que no hay nada como la propiedad privada y establecer impuestos -sin ahogar al propietario o contribuyente- que aporte los fondos para seguro social y el mantenimiento de lugares públicos de interés para la comunidad. También elegir a funcionarios públicos que sirvan bien al electorado. No hay esperanza para nuestro país mientras impere el castrismo o su sistema fracasado.

  3. A mi tambien me hizo recordar los recorridos con mi madre cada sabado que nos ibamos de compras caminando desde Ultra toda Reina hasta Galiano, me compraba un cartucho de uvas que vendian en carretillas llenas de frutas y las habia en cada esquina y me iba comiendo mientras visitabamos tiendas, bajabamos por Galiano, por supuesto visitabamos el Encanto, meremendabamos en el Ten Cent de Galiano y no dejabamos de ir a la calle Obispo, como caminabamos… recuerdo tambien que habian muchas tiendas de polacos que vendian la ropa buenisima mucho mas barata…. yo siempre lo digo que infancia mas feliz y llena de recuerdos lindos, sin embargo mi hija recuerda que al llegar a la escuela tenia que seleccionar un pupitre que no estuviera cojo, que siempre al final del aula habia montones de estos inservibles, la maestra de 2ndo a 4to. tenia faltas de ortografia y yo tenia que estarselo marcando y diciendoselo… que diferencia!!!!

  4. Recuerdo que en ese parque en el año 1967 se hizo un juicio publico a tres muchachos que querían cambiar el rumbo de un desastre que ellos con su corta edad presentían. Fue un circo de los que se acostumbraba en aquella época y con la colaboración de los presentes que bajaron los dedos para que los condenaran. Al año siguiente me tocaba mi turno y fui a parar a la misma prisión donde ellos estaban, por la misma causa.

  5. Rebe, en ese parque di mis primeros pasos con mi madre, mi abuela, mi madrina, mi otra tia (todas descansan ya en paz) era entonces el Parque Habana y uno de los edificios que lo rodeaban era el cine Habana, donde una de las acomodadoras, Ofelia, era vecina nuestra y me llevaba con ella al cine muchas veces, gratis porsupuesto. Mi familia femenina iba la Noche de Damas, creo que los miercoles, por 5 centavosd era cuando podian ir.
    Ah, cuantos recuerdos. Yo no me acuerdo de ese Potin, pero si de La Lluvia de Oro en la esquina de Obispo y Habana y tambien el Carmelo de Calzada donde todavia en el 68 cuando estudiaba ballet en la Casa del Ballet Nacional mi madre hacia una enorme cola que duraba el tiempo de mis clases y cuando terminab podiamos comernos un sabroso sandwich cubano, cubano de verdad.
    Ya volveremos a comer helado con biscochitos de Lady Fingers en el Potin, eso espero, amiga.

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