Otro domingo más

Debido al secretismo informático, institucionalizado en “mi querido planeta”, hemos tenido que enterarnos por ahí, “a retazos”, de todo este jaleo de los “misiles azucarados” cubanos en el barco norcoreano. Hecho este, que por supuesto, ha exacerbado la imaginativa especulación criolla.

Finalmente, nos sorprende un domingo más, para mí, el día más aburrido de la semana. Siempre me juré a mí misma, que si en algún momento se me acercaba un pretendiente con este nombre, y me gustaba tanto que no podía renunciar a él, le llamaría Tito. Quizá a usted le suceda algo parecido, sobretodo, a partir de horas de la tarde, cuando se nos va acercando más la inminencia de un nuevo lunes de trabajo.

Entonces, si usted también pertenece al club de los que no soportamos los domingos, ¿por qué no dedicarle hoy un tiempito a su familia y les halaga con alguna sencilla, pero rica receta hecha por sus manos, y así le da otra connotación al mismo? He aquí mi sugerencia:

Natilla de café

Ingredientes:

1 litro de leche fresca, 1 taza de azúcar, 4 cucharadas de maicena, ½ cucharadita de sal, 1 cucharadita de vainilla, 4 huevos, 1 tacita de café hecho de café instantáneo, 1 ramita de canela, 1 cascarita de limón

Procedimiento:

Hierva la leche con la canela y la cascarita de limón. Baje el fuego a moderado y agregue las cuatro yemas, con la maicena, disuelta en un poco de leche o agua. Vierta esta mezcla en la leche, sin dejar de mover con una paleta de madera para evitar se hagan grumos. Cuando ya tenga una consistencia suave, añádale la vainilla y el café, sin dejar de revolver. Bájela del fuego. Con las cuatro claras haga un merengue. Recuerde que son dos cucharadas de azúcar por cada clara. Le puede añadir ralladura de limón. Una vez esté listo, coja pequeñas porciones de este merengue con un tenedor y llévelo al fuego, para hacer merenguitos tostados, con los que va adornar la natilla

¡Bon apetit!

2 comentarios en “Otro domingo más

  1. Gracias, pero yo quemo hasta el agua. Soy de la generacion donde la mujer lo hacia todo en la casa y nunca me dejaron ni freir un huevo. Naci en el 38. Escribes muy bien y te felicito.

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