Manuel el ilustre merenguero

Desde hace algunos años, este educado señor apareció en nuestro barrio, vendiendo unos riquísimos merengues. Nos contó que él vivía en no buenas condiciones, en un barrio lejano en las afueras de La Habana. Recorría, casi a diario, las calles del Nuevo Vedado, donde ya había conseguido algunos clientes.

Recientemente, hace apenas unos pocos años, en nuestro barrio aparecieron unos puntos de venta particulares de pan, biscochos, pasteles y merengues, estos últimos abastecidos por Manuel, quien también seguía recorriendo sus calles en su habitual venta ambulante.

Hace algunos meses lo perdimos de vista y todos los vecinos nos preguntábamos: ¿Has visto a Manuel? Sus ricos merengues seguían abasteciendo los puntos de venta particulares, pero ya no nos tropezábamos con él. Echábamos de menos conversar, mientras le comprábamos, con aquel hombre mayor, educado, amable y de aspecto especial.

Hoy, casualmente, después de algunos meses sin verlo, tropecé con él en uno de los puntos de venta. Intercambiamos un breve diálogo, en el cual me enteré, que su ausencia se debía a que aún, con algunos años de jubilación, había decidido aceptar la proposición de retornar a impartir clases en la Universidad de La Habana, donde había sido durante años profesor, pero que su apoyo salarial seguía siendo la venta de merengues, cuya familia le enseñó confeccionar.

En mi planeta Cuba es muy común encontrar a un ilustre y añejo profesional viviendo, no de su salario o jubilación en CUP, sino de sus trabajitos particulares, cuya ganancia es en CUC. Esta doble moneda, así como los bajísimos salarios y jubilaciones recibidas, nos hacen cada día más difícil la sobrevivencia, detalle éste que no está planteado en ningún artículo del lamentable proyecto de la nueva Constitución.

2 comentarios en “Manuel el ilustre merenguero

  1. Asi es ,conozco muchos casos parecidos,el mas cercano es el de mi cunada que despues de casi 40 anos trabajando como medico en la especialidad de oncologia tenia que vender cuadros que pintaba ,porque siempre fue aficionada a la pintura ,para poder sobrevivir pues con el misero retiro que le pagaban no le daba ni para malvivir 2 semanas,es una verguenza que tantas personas mayores que han trabajado toda su vida en vez de disfrutar de una apacible jubilacion esten en esa situacion

  2. Mi caso es igual,por el año 92 un amigo me introdujo en la venta del granizado,nunca pense que se ganará tan bien vendido hielo con sirope;a mi padre no le gustaba mi nuevo trabajo y quería que volviera a lo que estudie,soy enfermero,después de la perolata de mi padre empeze a trabajar en el hospital militar de Marianao,al final,mi padre que trabajaba en una ponchera casi que tenía que mantenerme,mi salario por aquella época eran como dos dólares,pero lo más importante,mi padre estaba feliz,pero yo,avergonzado.

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