La «muerte» en bicicleta

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Me contaba una amiga que reside en la calle J, en el Vedado, cerca del monumento al Quijote, que un señor, conocido de ella del vecindario, le narraba un episodio de algo que le había sucedido. Resulta que este hombre, ya mayor, vive en un cuarto, de lo que otrora fue una casa de familia, y no le corresponde servicio sanitario, por lo que hace sus necesidades en papel periódico y después lo envuelve y lo lleva hasta el contenedor de basura para botarlo. Salía de su cuarto con el paquetico en la mano para deshacerse de el, cuando pasó un ciclista y se lo arrebató. El se sentó en el contén de la acera a reírse solo como un loco, ya que se imaginaba la tremenda sorpresa que se llevaría el ladrón sobre ruedas, cuando viera el contenido del producto de su hurto.

Mi amiga L, que actualmente reside en Estados Unidos, me comenta que cuando su hija vino de vacaciones a mi planeta, se dirigía a la Basílica de San Francisco, en La Habana Vieja, para asistir a un concierto. Casi al llegar a la plaza, un muchacho en bicicleta intentó arrancarle el bolso, pero ella se aferró a la correa para tratar de impedírselo y otro ciclista que venía detrás del primero, fue el que finalmente se quedó con el botín. Ella recordó que su mamá, antes de emigrar, tuvo un incidente parecido también con un muchacho en bicicleta.

Dani caminaba por la Avenida de Carlos Tercero, buscando la calle Oquendo. Lucía orgullosa sus flamantes gafas de sol, que le acababan de traer de los países. En ese momento, cuando precavidamente miraba hacia el lado del tránsito para pasar la calle, sintió un escozor en el rostro y vio con perplejidad a un ciclista que se alejaba y llevaba en su mano derecha su par de gafas. Solo le quedó el recuerdo de haberlas tenido, más unos arañazos en la cara.

Estos ladronzuelos casi siempre están a la salida de las tiendas, normalmente en pareja, como conversando inocentemente. Cuando las personas salen del establecimiento, bolsas en mano, se acercan a pedirte una dirección, la hora ó simplemente chocan con la persona en cuestión y, mientras te distraen ofreciéndote disculpas, viene el otro y ¡zaz!, te arranca las bolsas y se va a todo pedal.

Así pues, si te embullas a venir de vacaciones a mi planeta ¡ojo con las bicicletas! No permitas que se te acerquen demasiado, no es cuestión de muerte, pero te pueden dejar como un pollo desplumado.

4 comentarios en “La «muerte» en bicicleta

  1. Planeta de ladronzuelos. Los ladrones mayores que roban todo, hasta la libertad de los ciudadanos, hasta los mas infelices que roban lo que «pueden» hasta un paquetico envuelto en papel periodico con contenido desconocido.

    • o triste es que la miseria material sostenida trae consigo miseria moral, cuando podamos vivir de nuevo y no sobrevivir seremos mejores, los cubanos nos hemos crecido siempre y hemos demostrado nuestra valia cuando nos insertamos en sociedades organizadas y libres, no te desanimes, yo no me desanimo aunque vivo aqu,Un abrazo,Rebeca

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