Dos mentiras y una impertinencia.

Al fin

Sigue el gobierno de Cuba, poniendo como condiciones para continuar el restablecimiento y normalización de relaciones con EEUU, la devolución de la base de Guantánamo “ocupada ilegalmente”, el levantamiento del bloqueo y el cese de las transmisiones de radio y TV Martí. He ahí dos mentiras y una impertinencia, que hasta podría considerarse una injerencia.
Ante todo, es bueno aclarar que la base de Guantánamo no ha sido nunca ocupada ilegalmente por Estados Unidos de Norteamérica, sino que es producto de un acuerdo entre gobiernos, que se firmó en 1903 y se ratificó en 1934. El mal llamado bloqueo no es más que un embargo, que se ha venido debilitando desde los tiempos de Carter y que, en estos últimos años del gobierno de Obama, se ha flexibilizado aún más a favor de Cuba, exceptuando algunos acápites del mismo, como el de los créditos bancarios. En cuanto a la exigencia de la desaparición de Radio y TV Martí, ésta es una emisora como otras tantas que existen en diferentes países, incluyendo al nuestro, y que su desaparición o continuidad depende solo de decisiones internas del gobierno de EEUU.
Más bien, estas tontas exigencias parecen frenos impuestos por el propio régimen de la Isla, para ganar tiempo y no tener que responder ante la ciudadanía cubana y el mundo, por las absurdas medidas e imposición de leyes y decretos que sumieron a Cuba en un total desastre político y económico, del cual, el hoy primer mandatario fue también partícipe y responsable.
Sería sano asumir con valentía los aciertos y desaciertos de nosotros mismos, acabar de una vez por todas de pasar esa página y no seguir responsabilizando a terceros, para poder avanzar en el restablecimiento y normalización de relaciones, que favorecerían grandemente al país y sus ciudadanos, evitando el escape en estampida de la juventud cubana.