Soluciones deScomunales.

Comunales es la Empresa del Poder Pode Popular encargada entre otras tareas de la recogida de basura.

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Detrás del “12 Plantas”, como le llaman al edificio ubicado en el cuadrilátero formado por las calles Tulipán, Loma, Colón y 39, en el Nuevo Vedado, la solución para colectar la basura de este gigantesco inmueble de apartamentos, así como de las casas colindantes, ha sido colocar una enorme cama de rastra, donde arrojar los desperdicios. Este gran contenedor se mantiene al descubierto, a merced de vientos, lluvias, roedores y demás insectos. Todos los alrededores del mismo están llenos de bolsas plásticas vacías, papeles, latas y toda clase de objetos, que los propios vecinos arrojan por fuera, al encontrar éste desbordado. Esto sin contar con el pestilente aderezo de las aguas albañales provenientes de los salideros del propio edificio, lo cual conlleva a la consiguiente contaminación, que hace casi imposible transitar por dicho lugar.

Según me cuentan algunos vecinos, puede pasar una semana o más, sin que la grúa que debe llevárselo pase a recogerlo, amén de que al hacerlo, ésta transita parte de la ciudad hasta su lugar de destino, contaminando todo en su largo recorrido. Tampoco cuentan, al igual que los camiones de recogida de basura, con los implementos necesarios para recoger lo que está fuera de los contenedores, dejando una estela de suciedad que, poco a poco se la lleva el viento o se funde con el pavimento, en el caso de éstos últimos.

Con estos antecedentes, de nada vale que además de quebrantar la privacidad de los vecinos, traten de irrumpir en los domicilios sin previo aviso, las famosas brigadas de salud, que ponen multas al poseedor de una “malanguita” en agua, así como la de los fumigadores, que utilizando el molesto petróleo quemado, te conminan a fumigar, cerrar y abandonar tu casa, so pretexto de erradicar el mosquito causante del dengue, enfermedad ésta que ya se ha hecho endémica, debido a la insalubridad reinante en la ciudad.

Un Registro Civil cualquiera.

esperándo el receso.

Los Registros Civiles en mi planeta se han convertido en concentraciones humanas ó saunas populares. Allí las grandes colas se extienden extra-inmueble, terminando casi todas en la calle, aceras y bordillos, donde los aspirantes a ser atendidos merodean, esperando el ansiado momento. A la hora del almuerzo cierran el local, y todos deben salir y esperar fuera. Es de notar que hasta el momento, ninguno de estos centros cuenta con una base de datos digitalizados.

En ninguno hay suficientes asientos para acomodarse, la escasa ventilación está asegurada. Desde luego, existe una excepción que confirma esta regla: el Registro de Centro Habana. Quizá el único que funciona bien, según experiencia personal.

He aquí donde hubo un aire acondicionado, hubo asientos y hubo iluminación.

Creo que los he visitado casi todos en la Capital, incluyendo el de Santiago de las Vegas, que como todos los de su especie se sitúan en casas y apartamentos, abandonados desde hace varias décadas por sus antiguos propietarios y después por el Estado, que se apoderó de los mismos, sin darles mantenimiento en todos estos años (esto incluye limpieza).

Las personas que aquí trabajan, no disfrutan de condiciones laborales apropiadas, y generalmente gozan de muy mal carácter. Realizan el trabajo como si le hicieran un gran favor al solicitante, incluso se esfuerzan para que ello no pase inadvertido. Esto obliga a muchos usuarios a llegar al lugar portando algún regalito. De lo contrario ¡siéntate a esperar! Total trabajen bien o mal, van a percibir el mismo magro salario.

Después de esperar más de tres horas para ser atendida, pude percatarme de una de las posibles causas de la demora: las largas uñas de silicona, verdes y con pequeñas flores al relieve, de la empleada que atendía las solicitudes. Era de esperar que se demorara más de veinte minutos con cada modelito de cuatro líneas a llenar, amén de las innumerables veces que se ausentaba de su puesto de trabajo un momentito, para ir a ventilar algún asuntito en otro departamento, sin contar las amistades que hacen pasar primero, violentando la cola (fila).

Finalmente me entregaron la copia de mi solicitud, en un papel reciclado, escrito justamente por la parte anteriormente impresa, casi ilegible, pero aún así, abandoné el local aliviada, y hasta feliz por haber podido encaminar mi solicitud.